En este día: la Corte Suprema rechaza las leyes contra el matrimonio interracial

El 12 de junio de 1967, la Corte Suprema emitió su Loving v. Decisión de Virginia, que derogó las leyes que prohibían los matrimonios interraciales como inconstitucionales. Aquí hay un breve resumen de este caso histórico de derechos civiles.

Hasta 1967, 16 estados aún no habían derogado las leyes contra el mestizaje que prohíben los matrimonios interraciales. Mildred y Richard Loving eran residentes de uno de esos estados, Virginia. Se habían enamorado y querían casarse.

Sin embargo, según las leyes de Virginia, Richard, un hombre blanco, no podía casarse con Mildred, una mujer de ascendencia afroamericana y nativa americana. Los dos viajaron a Washington DC, donde podrían casarse, pero cuando regresaron a casa, fueron arrestados en virtud de una ley del estado de Virginia que prohibía el matrimonio interracial.

Enlace: Lea la decisión completa

Dado que su delito fue una condena penal, después de ser declarados culpables, se les impuso una pena de prisión de un año. El juez de primera instancia suspendió la sentencia por 25 años con la condición de que la pareja abandonara Virginia.

En apelación, la Corte Suprema de Apelaciones de Virginia dictaminó que el estado tenía interés en preservar la «integridad racial» de sus constituyentes y que debido a que el castigo se aplicaba por igual a ambas razas, el estatuto no violó la Cláusula de Protección Igualitaria de la 14a Enmienda.

La Corte Suprema de los Estados Unidos, en una decisión unánime, revocó el fallo de la Corte de Virginia y sostuvo que la Cláusula de Igualdad de Protección requería un escrutinio estricto para aplicarse a todas las clasificaciones basadas en la raza. Además, la Corte citó la Cláusula de Debido Proceso y concluyó que la ley tenía sus raíces en una discriminación racial injusta, lo que hacía imposible satisfacer un interés gubernamental imperioso.

«Según nuestra Constitución», escribió el presidente del Tribunal Supremo Earl Warren, «la libertad de casarse o no casarse con una persona de otra raza reside en el individuo y no puede ser infringida por el Estado».

La decisión amorosa sigue siendo un hito en el movimiento de derechos civiles.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *