Resumen
Desarrollos económicos recientes
Tras un crecimiento moderado a finales de 2019 que se vio exacerbado por el brote de COVID-19, el PIB cayó un 14 por ciento interanual -año (interanual) en el segundo trimestre de 2020, impulsado principalmente por una contracción en el consumo de los hogares y las inversiones por el lado de la demanda. El déficit en cuenta corriente se situó en -8,1 por ciento del PIB en el primer trimestre de 2020 y en -0,8 por ciento del PIB en el segundo trimestre, financiado principalmente con instrumentos de deuda. Por el lado de la oferta, las medidas de bloqueo han detenido la producción industrial y las actividades comerciales, mientras que una sequía severa ha afectado a la agricultura.
La tasa de inflación anual permanece dentro del rango de política del Banco Nacional de 5.0 por ciento ± 1.5. La tasa de política se redujo aún más en 0,25 puntos porcentuales a 2,75 por ciento en septiembre de 2020, y los requisitos de reserva se redujeron para aumentar el crédito al sector privado.
En julio, el crédito aumentó en un 13,8 por ciento interanual, mientras que el la proporción de préstamos aumentó marginalmente a 8.8 por ciento. El sistema bancario está bien capitalizado y es líquido. La situación fiscal se ha deteriorado y, con las crecientes necesidades de financiación, la deuda pública y con garantía pública aumentó en casi 4 puntos porcentuales hasta el 33,2% del PIB en la primera mitad de 2020. El mercado laboral se ha visto muy afectado, lo que ha provocado una caída del 9% en empleo en el mismo período, interanual.
Perspectivas económicas
Se espera que el crecimiento económico más débil en la Unión Europea, combinado con los efectos del bloqueo, conduzca a una recesión significativa en 2020 . Suponiendo que no se adopten medidas restrictivas adicionales y que las condiciones externas sean más favorables, se prevé una recuperación lenta a partir de fines de 2020 o principios de 2021.
A mediano plazo, se espera que el crecimiento se estabilice por debajo del potencial a medida que la incertidumbre pesa sobre la actividad económica . Se proyecta que tanto el déficit fiscal como el de cuenta corriente se mantendrán por encima de los promedios históricos. La caída del ingreso disponible, la gran brecha del producto y los bajos precios de la energía, junto con una apreciación moderada, compensarán los malos rendimientos agrícolas y las presiones inflacionarias. Se espera que aumente la pobreza y es posible que sea necesario mantener la protección social para minimizar cualquier efecto residual.
Con vientos en contra antes de las elecciones presidenciales de 2020, los planes presupuestarios de 2020 prevén un estímulo fiscal ambicioso, que incluye también una respuesta a COVID-19 que podría no ser suficiente si se materializan los riesgos a la baja. Los riesgos internos se derivan de la inestabilidad política en el período previo a las elecciones, las debilidades institucionales y las limitaciones políticas para impulsar reformas clave. Las frágiles condiciones económicas y los bajos niveles de productividad se ven agravados por la gran huella del estado en la economía, la reducción del espacio fiscal, la baja intermediación financiera y los desafíos de gobernabilidad. Además, la economía sigue siendo vulnerable al clima extremo.
Última actualización: 12 de octubre de 2020