Prevención de la maceración en heridas
Por los editores de WoundSource
La maceración se produce cuando la piel ha estado expuesta a la humedad durante demasiado tiempo. Un signo revelador de la maceración es la piel que se ve empapada, se siente suave o parece más blanca de lo habitual. Puede haber un anillo blanco alrededor de la herida en heridas demasiado húmedas o expuestas a demasiado drenaje.
La mayoría de los casos de maceración son leves y se resuelven por sí solos sin intervención médica. La maceración de la piel alrededor de las heridas, por el contrario, requiere tratamiento. La maceración de heridas sin tratar puede evitar que la herida cicatrice, contribuir a la infección bacteriana o micótica y causar irritación o dolor. Otros resultados negativos de la maceración de heridas incluyen daño tisular y necrosis tisular, dermatitis de alto grado y eccema húmedo.1
Lesiones cutáneas y heridas crónicas: cizallamiento, presión y humedad
Al identificar a los pacientes que se encuentran en riesgo de desarrollar maceración de la herida y proporcionar la atención adecuada, los médicos pueden prevenir la maceración de la herida.
¿Qué causa la maceración en las heridas?
La maceración puede ocurrir siempre que la piel esté expuesta a la humedad durante períodos prolongados. La mayoría de las personas experimentan una leve maceración de la piel a causa del agua al nadar o tomar un baño prolongado. Otras fuentes comunes de humedad que contribuyen a la maceración son el sudor, el exudado, la orina y las heces.
La ubicación de una herida en el cuerpo y el tipo de características cutáneas presentes (grasa o seca, fina o gruesa) también pueden jugar un papel en el desarrollo de la maceración, al igual que la edad, el sexo y la piel subyacente. condiciones físicas.1 Ciertas condiciones ponen a las personas en riesgo de experimentar maceración. Por ejemplo, las personas con obesidad pueden tener una maceración inducida por el sudor entre los pliegues de la piel. Las personas con incontinencia pueden experimentar maceración en la zona genital, provocada por la orina o las heces. Las personas con heridas crónicas corren un riesgo especial de desarrollar maceración alrededor de los sitios de las heridas.
Sin la atención médica adecuada, algunas áreas de heridas crónicas pueden macerarse. La maceración de los sitios de las heridas es causada principalmente por el exudado, un líquido que emerge de las heridas.2 A diferencia del exudado de las heridas agudas que acelera la cicatrización, el exudado de las heridas crónicas contiene enzimas llamadas proteasas que descomponen las proteínas de la piel y provocan la maceración alrededor de la herida.3 Las heridas crónicas que pueden experimentar maceración son las úlceras venosas de la pierna, las úlceras del pie diabético y las heridas por hongos, entre otras.3
¿Cómo se puede prevenir la maceración de las heridas?
Mantener el entorno de la herida húmedo conduce a mejores resultados para el paciente que los entornos de herida seca. Los estudios han demostrado que los entornos húmedos de las heridas favorecen una cicatrización más rápida, una mayor contracción de la herida, menos cicatrices y menores tasas de infección, entre otros beneficios positivos.2 Los pacientes también informan que la extracción de los vendajes de la herida es menos dolorosa si la herida se ha mantenido húmeda. 2 Sin embargo, si el área de una herida se vuelve demasiado húmeda, entonces puede ocurrir una maceración y frustrar la curación. Por lo tanto, los médicos tienen la tarea de mantener el entorno de la herida lo suficientemente húmedo para favorecer la cicatrización pero lo suficientemente seco para evitar la maceración.
La forma principal de prevenir la maceración de heridas es tratar el problema subyacente que está causando el flujo de exudado. Por ejemplo, las úlceras venosas de la pierna suelen tener un drenaje de moderado a intenso o un exudado de alto flujo. El tratamiento de las úlceras venosas de la pierna puede implicar la aplicación de una terapia de compresión o la elevación de la pierna para controlar el drenaje y tratar la causa subyacente.
Una vez que se han empleado las opciones de tratamiento, es el momento de considerar el apósito adecuado para prevenir la maceración y promover la cicatrización. La cantidad de exudado que expulsa la herida debe determinar el apósito elegido. Para una herida con un gran volumen de exudado, elija un apósito muy absorbente, como una hidrofibra1. Para una herida con un volumen menor de exudado, puede ser apropiado un apósito menos absorbente. El objetivo es que el apósito absorba el exudado y así evitar que la piel alrededor de la herida lo absorba, sin resecar el sitio de la herida.
Para evitar la maceración, es importante cambiar los apósitos con frecuencia. Dejar los apósitos durante demasiado tiempo, especialmente en heridas que producen grandes volúmenes de exudado, puede provocar maceración. A las heridas muy exudativas no se les debe dejar los apósitos por más de un día.1 Las heridas con exudación moderada o leve pueden tener apósitos durante más tiempo. Si el médico nota síntomas de una infección, es posible que deba cambiar los apósitos con más frecuencia; si notan que la herida se está curando, pueden cambiar los apósitos con menos frecuencia.
Conclusión
Es necesario considerar el historial médico del paciente, la causa de la herida, la cantidad de exudado de la herida y la ubicación de la herida en el cuerpo antes de aplicar los apósitos. .Aunque el apósito ideal para heridas se basa en las características específicas del paciente y de la herida, el objetivo del apósito es siempre el mismo: mantener un ambiente húmedo de la herida que favorezca la cicatrización evitando la maceración de la zona.