Hernia de disco torácico superior seguida de paraplejía progresiva aguda

Se ha informado que la incidencia de hernia de disco torácica sintomática es de una por millón por año y ocurre en solo 0.25-0.75% de todos los discos intervertebrales hernias1. Nuestro caso actual es especialmente único en el sentido de que la hernia del disco torácico superior resultó en una paraplejía de progresión aguda, y la masa herniada que migró posteriormente en el canal espinal fue extirpada con éxito mediante cirugía posterior sin fusión. La rareza de la hernia de disco torácico probablemente se debe al hecho de que las vértebras torácicas están estabilizadas mecánicamente por las articulaciones de la cabeza de las costillas y, como resultado, evitan el estrés dinámico3. Nuestra revisión de la literatura mostró que los síntomas de la hernia de disco torácica eran principalmente dolor de espalda, mielopatía de progresión lenta, radiculopatía del nervio torácico y disfunción de la vejiga2, 4, 5, 6.Se han informado algunos casos en los que se ha desarrollado paraplejía aguda a partir de hernias de disco torácico7, 8; sin embargo, el presente caso es único porque el disco secuestrado migraron posteriormente en el canal espinal torácico alto hacia el lado dorsal de la duramadre.

Se ha informado que la mayoría de las hernias de disco torácico son del tipo abombado posterior o posterolateral.2 Además, algunos autores habían informaron que la hernia de disco torácico se asoció principalmente con calcificación radiológica del disco9, 10, 11.En nuestro caso, sin embargo, la radiografía preoperatoria, la tomografía computarizada y el examen macroscópico del disco herniado no presentaba calcificaciones. Se pudo encontrar un informe en el que la hernia de disco torácica se secuestró en el lado posterolateral del canal espinal12. En el caso reportado, la radiografía y la tomografía computarizada no mostraron calcificación del disco herniado, similar a nuestro paciente.

Ha habido varios informes sobre los procedimientos quirúrgicos para las hernias de disco torácico. Stillerman et al2 informaron cuatro abordajes quirúrgicos para las hernias de disco torácico: (1) transtorácico, (2) transfacet con preservación del pedículo, (3) extracavitario lateral y (4) abordajes transpediculares. Algunos autores informaron que la discectomía anterior o anterolateral puede ser el método más simple y eficaz para la escisión del disco y el alivio de la médula espinal4, 13, 14.Además, Vanichkachorn y Vaccaro6 informaron que la laminectomía posterior fue controvertida para el tratamiento del disco torácico sintomático. protuberancias y recomendó que el procedimiento quirúrgico se elija cuidadosamente entre los abordajes anterior, lateral y posterior. Evitar el abordaje posterior podría estar relacionado con el hecho de que la laminectomía posterior de la columna torácica caracterizada por cifosis no conduciría con éxito a la descompresión de la médula espinal comprimida por el disco abombado posterior y, además, la médula espinal podría dañarse fácilmente al realizar extracción del disco mediante laminectomía posterior. En el presente caso, sin embargo, la RM axial mostró que la masa se localizaba posterolateralmente y comprimía el saco dural principalmente desde el sitio posterior, y también se podía sospechar un hematoma o absceso epidural idiopático agudo desde el diagnóstico clínico primario y por imagen, por lo tanto Se realizó cirugía posterior. Tras laminectomía a nivel T2-T3, se pudo detectar el extremo terminal del material del disco herniado en el espacio epidural, por lo que pudimos realizar una exéresis con facilidad, sin dañar la duramadre. En el presente caso, la paraplejía se desarrolló tras un antecedente de dolor de espalda que duró varios días. La patogenia de esta hernia de disco torácico podría, por lo tanto, especularse de la siguiente manera: la degeneración intrínseca del disco precedente debido a la obesidad (altura: 177 cm, peso: 100 kg) provocó un desplazamiento del disco, luego un aumento rápido y momentáneo de la presión intradiscal debida a la torsión del cuerpo, etc., y como resultado, el anillo fibroso rompió el ligamento longitudinal posterior y migró posteriormente en el canal espinal.

En general, faltan patrones neurológicos característicos de la hernia de disco torácica sintomática y la localización del dolor inducido por una hernia de disco torácico es a veces ambiguo. Por estas razones, se ha informado que el diagnóstico preciso de la hernia de disco torácica sintomática es considerablemente difícil. Estos hechos pueden llevar a un retraso en el diagnóstico, lo que puede resultar en deficiencias neurológicas progresivas. Sin embargo, informes anteriores han demostrado que los resultados posoperatorios del desarrollo agudo de una hernia de disco torácica son generalmente satisfactorios.15 Por lo tanto, un diagnóstico adecuado y un tratamiento temprano basado en un examen neurológico preciso y en imágenes diagnósticas, como la resonancia magnética, pueden conducir a una excelente recuperación de la función neurológica. .

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