Es normal tener miedo al amor: cómo superar el miedo

Esto es complicado, déjame explicarte. Todos hemos sido heridos. Todos hemos experimentado el rechazo, el ridículo, las burlas, el abandono y otras experiencias que nos han llevado a la angustia ya la creencia de que «no soy suficiente». Parece casi imposible crecer en esta cultura sin asimilar esta mentira sobre uno mismo. Pocos la gente llega a la edad adulta ilesa de las formas abiertas y encubiertas de rechazo por parte de los cuidadores, compañeros, hermanos, maestros o primeros amantes.

La creencia también se absorbe de la cultura misma, porque no se puede negar que vivimos en una cultura de «no ser suficiente». El mensaje cultural dice: «No eres lo suficientemente delgado, lo suficientemente en forma, lo suficientemente saludable, lo suficientemente exitoso; no está alimentando a sus hijos con suficientes verduras ni estableciendo suficientes límites, no medita lo suficiente ni practica suficiente yoga; no tienes suficiente estilo, amigos o diversión. En resumen, simplemente no tienes la razón porque no eres suficiente.

Una vez que la creencia de que «yo» no soy suficiente «se afianza , determina muchas de sus decisiones con respecto a las relaciones íntimas. Y cuando finalmente conoces a una pareja que está disponible, cariñosa, cariñosa, honesta y cualquier otra cualidad que has estado esperando (en lugar de salir con personas no disponibles que tenían un pie fuera de la puerta), esta creencia latente y silenciosa patea y el pensamiento de autoprotección, «No lo amas lo suficiente» o «No te atrae lo suficiente», es rápido en sus talones.

Ahora, en lugar de abordar tu creencia central de que usted no es suficiente, ha hecho que su pareja no sea suficiente. Ahora, en lugar de estar en la posición vulnerable de exponerse al riesgo de ser herido o rechazado, se ha posicionado en la posición superior de sostener el poder. Ahora, en lugar de permitir que la relación se profundice en la intimidad con un final desconocido (como nunca sabemos qué pasará cuando nos comprometemos con una persona), el ego, en la posición de poder, intentará convencerte de que corras, controlando así el resultado.

El ego odia el riesgo. El ego odia lo desconocido. El ego odia ser vulnerable. En nuestra cultura de intimidación, el ego sabe que es intimidar o ser intimidado. Opta por intimidar, poniendo a tu adorable pareja bajo el microscopio y convenciéndote de que simplemente no es suficiente.

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