El dictador panameño Manuel Noriega se rinde a Estados Unidos
El 3 de enero de 1990, el General Manuel Antonio Noriega de Panamá, después de permanecer 10 días en la embajada del Vaticano en la Ciudad de Panamá, se rinde a las tropas militares estadounidenses para enfrentan cargos de tráfico de drogas. Noriega fue trasladado a Miami al día siguiente y una multitud de ciudadanos en las calles de la ciudad de Panamá se regocijó. El 10 de julio de 1992, el ex dictador fue condenado por tráfico de drogas, lavado de dinero y extorsión y condenado a 40 años de prisión.
Noriega, quien nació en Panamá en 1938, era un leal soldado del General Omar Torrijos, quien tomó el poder en un golpe de Estado de 1968. Bajo Torrijos, Noriega encabezó el notorio servicio de inteligencia G-2, que acosó y aterrorizó a las personas que criticaron al régimen de Torrijos. Noriega también se convirtió en C.I.A. operativo, mientras que al mismo tiempo se enriquecía con el contrabando de drogas.
En 1981, Omar Torrijos murió en un accidente aéreo y luego de una lucha de poder de dos años, Noriega emergió como general de las fuerzas militares de Panamá. Se convirtió en el líder de facto del país, arreglando las elecciones presidenciales para poder instalar a sus propios oficiales títeres. El gobierno de Noriega estuvo marcado por la corrupción y la violencia. También se convirtió en un agente doble, vendiendo secretos de inteligencia estadounidenses a Cuba y los gobiernos de Europa del Este. En 1987, cuando los panameños organizaron protestas contra Noriega y exigieron su destitución, declaró una emergencia nacional, cerró estaciones de radio y periódicos y obligó a sus enemigos políticos al exilio.
Ese año Estados Unidos cortó la ayuda a Panamá y trató de que Noriega renunciara; en 1988, Estados Unidos comenzó a considerar el uso de la acción militar para poner fin a su tráfico de drogas. Noriega anuló las elecciones presidenciales de mayo de 1989, que incluían a un candidato respaldado por Estados Unidos, y en diciembre de ese año declaró que su país estaba en estado de guerra con Estados Unidos. Poco después, un infante de marina estadounidense fue asesinado por soldados panameños. El presidente George H.W. Bush autorizó la «Operación Causa Justa», y el 20 de diciembre de 1989, 13.000 soldados estadounidenses fueron enviados a ocupar la ciudad de Panamá, junto con los 12.000 que ya estaban allí, y tomar Noriega. Durante la invasión, 23 soldados estadounidenses murieron en acción y más de 300 Aproximadamente 450 soldados panameños murieron; las estimaciones para el número de civiles que murieron varían de varios cientos a varios miles, con miles más heridos.