EE. UU. y México firman el Acuerdo de Trabajo Agrícola Mexicano
El 4 de agosto de 1942, Estados Unidos y México firman el Acuerdo de Trabajo Agrícola Mexicano, creando lo que se conoce como el «Programa Bracero». El programa, que duró hasta 1964, fue el programa de trabajadores invitados más grande en la historia de Estados Unidos. A lo largo de su existencia, el Programa Bracero benefició tanto a los agricultores como a los trabajadores, pero también dio lugar a numerosos conflictos laborales, abusos de los trabajadores y otros problemas que han caracterizado durante mucho tiempo la historia del trabajo agrícola en el suroeste de los Estados Unidos.
El El programa nació por necesidad, ya que al gobierno federal le preocupaba que la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial debilitara al suroeste gran parte de su trabajo agrícola. Los trabajadores manuales (braceros) de México se convirtieron en una parte importante de la economía de la región y el programa sobrevivió a la guerra. El programa garantizó a los trabajadores una serie de protecciones básicas, incluido un salario mínimo, seguro y vivienda segura y gratuita; sin embargo , los propietarios de granjas con frecuencia no cumplían con estos requisitos. La vivienda y la comida demostraron ser habitualmente muy por debajo de los estándares, y los salarios no solo eran bajos sino que con frecuencia se pagaban tarde o no se pagaban en absoluto. Años después de que terminó el programa, muchos braceros todavía estaban para recibir el dinero que se les había deducido de sus salarios y supuestamente depositado en cuentas de ahorro. Debido a estas promesas incumplidas, las huelgas fueron algo común durante este período.
Se emitieron más de 4.6 millones de contratos durante los 22 años del Programa Bracero. Aunque el Congreso dejó que el programa expirara en 1964, sentó las bases para décadas de disputas laborales y una dinámica de trabajo migrante que aún existe en la actualidad. Los años 60 y 70 vieron el surgimiento de la Uni ted Farm Workers, un sindicato compuesto en gran parte por mexicanos y mexicoamericanos, que continuó luchando contra muchas de las mismas desigualdades que enfrentaban los braceros. Hasta el día de hoy, la mano de obra migrante de México sigue siendo una parte vital de la economía del suroeste, así como una fuente de tensión política y racial.
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