Dimorfismo sexual


El dimorfismo sexual es la diferencia sistemática de forma entre individuos de diferente sexo en la misma especie.
Por ejemplo, en algunas especies, incluidos muchos mamíferos, el macho es más grande que la hembra. En otros, como algunas arañas, la hembra es más grande que el macho. Otras diferencias específicas de sexo incluyen el color (la mayoría de las aves), el canto de las aves, el tamaño o la presencia de partes del cuerpo utilizadas en las luchas por el dominio, como cuernos, astas y colmillos; tamaño de los ojos (por ejemplo, en el caso de las abejas); posesión de picaduras (varios tipos de abejas) y diferentes umbrales para ciertos comportamientos (agresión, cuidado infantil, etc.). El dimorfismo sexual en humanos es objeto de mucha controversia. Las apariencias humanas masculinas y femeninas se perciben como diferentes, aunque el Homo sapiens tiene un bajo nivel de dimorfismo sexual en comparación con muchas otras especies. La similitud en los tamaños de los seres humanos masculinos y femeninos es un buen ejemplo de cómo la naturaleza a menudo no establece divisiones claras. Para dar una imagen precisa de las diferencias de tamaño entre hombres y mujeres, sería necesario mostrar cuántos individuos hay en cada categoría de tamaño. Existe una superposición considerable.
Por ejemplo, las masas corporales de hombres y mujeres tienen una distribución aproximadamente normal. En los Estados Unidos, la masa media de un macho adulto es de 78,5 kg, mientras que la media de una mujer adulta es de 62,0 kg. Sin embargo, la desviación estándar de la masa corporal masculina es de 12,6 kg, por lo que el 10% de los hombres adultos son en realidad más ligeros que el promedio de las mujeres.
Aspectos biológicos del dimorfismo sexual
El fenómeno del dimorfismo sexual es un producto directo de la evolución natural selección, ya que la lucha por el éxito reproductivo lleva a muchos organismos masculinos y femeninos por diferentes caminos evolutivos. Esto puede producir formas de dimorfismo que, a primera vista, parecerían perjudicar a los organismos. Por ejemplo, la coloración brillante de las aves de caza machos las convierte en objetivos muy visibles para los depredadores, mientras que las hembras monótonas están mucho mejor equipadas para camuflarse. Asimismo, las astas de ciervo y otras formas de armamento natural son muy caras de cultivar y transportar en términos de la energía consumida por el animal en el proceso.
La respuesta a esta aparente paradoja es que, a nivel biológico, el éxito reproductivo de un organismo es a menudo más importante que su supervivencia a largo plazo. Esto es particularmente evidente en el caso de las aves de caza: un faisán común macho en la naturaleza a menudo no vive más de 10 meses, y las hembras viven el doble. Sin embargo, la capacidad de reproducción de un faisán macho no depende de cuánto tiempo viva, sino de si las hembras lo seleccionarán para ser su pareja. Su coloración brillante le demuestra a la hembra que está en forma, saludable y una buena elección para engendrar sus polluelos.
En el caso de animales de manada como los ciervos, el éxito reproductivo de un ciervo macho es directamente proporcional al número de hembras sexualmente receptivas con las que puede aparearse. Las astas de los machos son un ejemplo de un arma sexualmente dimórfica con la que los machos luchan entre sí para establecer los derechos de reproducción. Una vez más, aunque son caras en términos de supervivencia personal, aseguran que los machos más grandes y fuertes serán los más exitosos en reproducirse y, por lo tanto, garantizar que esas características se transmitan a la siguiente generación.
El acceso al sexo opuesto no es la única razón por la que existe el dimorfismo sexual. En los insectos en particular, las hembras suelen ser más grandes que los machos. Se cree que la razón radica en la gran cantidad de huevos que ponen los insectos; un tamaño corporal más grande permite que una hembra ponga más huevos. En algunos casos, el dimorfismo sexual permite a machos y hembras explotar diferentes recursos alimenticios, aumentando así su capacidad colectiva para encontrar alimento. Algunas especies de pájaros carpinteros tienen picos de diferentes tamaños y formas, lo que permite a los sexos encontrar insectos en diferentes capas de la corteza de un árbol.
También es c Es común en las aves de presa que la hembra sea más grande que el macho, un ejemplo de dimorfismo sexual inverso. La diferencia de tamaño permite a la pareja apareada cazar una mayor variedad de presas para ellos y sus polluelos.

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